Cuando llegues a Paraty, seguramente correrás a conocer el Centro Histórico, es tan apasionante que podrías olvidarte incluso de las playas de la Costa Verde. Las casonas coloniales son hermosas y el paseo a pie por las calles empedradas es un verdadero viaje en el tiempo. Serás transportado al siglo XIX, la fecha de la arquitectura de los bloques enumerados por IPHAN. El centro está repleto de fiesta, música, tiendas y restaurantes. Es un paseo para todos los días. Luego de conquistar el encanto del Centro Histórico, es hora de conocer algunas de las más de 120 playas e islas de tonos esmeralda que conforman la Bahía de Paraty y alrededores. Son playas con mares claros y una maravillosa mezcla de verde y azul, con aguas de agradable temperatura y llenas de vida. Es posible que te encuentres con tortugas, delfines y, más raramente, incluso con algunas orcas. Elige entre paseos en barco, circuitos en lancha rápida o itinerarios en coche y senderos. La forma de llegar varía, pero la belleza seguramente será común a todas las playas. No dejes de visitar las maravillosas playas de Trinidade, nadar con los peces en Ilha Comprida y Lagoa Azul, descubrir los encantos de la cueva de Saco da Velha, comer pescado frito junto al mar en Saco do Mamanguá y disfrutar en las tranquilas aguas de Ilha da Cotia, Praia da Lula y Praia Vermelha. 

Pero como no son las únicas bellezas locales, busca franjas de arena a lo largo de todo el camino Río-Santos. La costa irregular presenta a los turistas escenas inolvidables. Además del agua de mar, los que están en Paraty pueden disfrutar de un refrescante baño en una  cascada fría natural. ¡Nada mejor para calmar el calor del verano! 

Prueba a visitar estos pequeños paraísos en plena Serra do Mar. Muchas cascadas están al borde del Caminho do Ouro, la Carretera Real, por donde pasaba el oro, los diamantes y el café que venía de Minas Gerais en el período colonial. Puedes combinar la ruta histórica con el ecoturismo, con senderos, rápel, barranquismo, arborismo y tirolinas. Pero será divertido aventurarse por la Cascada Tobogã, donde los jóvenes locales hacen un espectáculo de maniobras mientras descienden por la roca resbaladiza que forma la cascada. Entre una cascada y otra, vale la pena probar algunas de las mejores cachazas artesanales que se producen en la región. Visite un alambique y no pierda la oportunidad de descubrir cómo se produce una de las bebidas brasileñas más auténticas, a lo largo de la histórica Carretera Real.